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Calienta el aceite en un sartén y agrega las verduras. Saltan, chispean… se sienten protagonistas de la cena.

Coloca el pollo con toda su salsa en una asadera. Hornea hasta que esté maravillosamente cocinado y dorado. Ese dorado que te mira y dice “pruébame”. Sirve con una ensalada verde que aporte frescura y equilibre el encanto cálido del masala.

Toma forma, huele a triunfo. La tortilla sonríe en el fuego. Sirve sola, o con lo que prefieras. ¡Experimenta como va mejor para ti!

Mezcla en un bowl, revuelve bien y listo. Avísale a tus invitados que hoy hay un sabor nuevo, para que no te acusen de magia sin advertencia. Va perfecto con palitos de zanahoria o galletas crackers. Un dip rápido también puede tener carácter.

Prepara tu arroz de siempre, pero con un pequeño truco: usa la mitad de la sal habitual y agrega ½ cucharadita de Kitchen King Masala al agua de cocción. El arroz queda con corona, capa y cetro. A veces, la realeza entra a la mesa sin anunciarse.

Sella un buen corte en el aceite que prefieras. Cubre con agua fría, agrega sal, un ajo picado y 1 cucharada de masala. Cocina hasta que esté blanda y fragante. Sirve con verduras cocidas, simples. Hay estofados que abrigan más que una manta.

Calienta los garbanzos en un poco de aceite, agrega el masala, la sal y un toque de mantequilla. Espera que todo se abrace, apaga y sirve. Garbanzos sencillos, ideales para acompañar una ensalada verde bien fría. Hay platos que no hablan mucho, pero cumplen todo lo que prometen.

Calienta las lentejas a fuego lento, agrega mantequilla, sal y el masala. Mezcla con calma. Y listo… tan simple como una siesta de domingo. A veces, el mejor plato es el que no te complica la existencia.

Cebolla dorada en mantequilla: puro hogar. Ajo y jengibre suben el ánimo y las especias abren la puerta al viaje aromático. El puré de tomate abraza la olla y las lentejas se cocinan lento, llenándose de alma y calma. Un chorrito de crema al final lo deja aterciopelado. Cilantro arriba y cucharada feliz asegurada.

La cebolla anuncia fiesta, jengibre y ajo la prenden, el tomate se rinde y crea la salsa donde entran cúrcuma, masala y sal. Las verduras se unen al baile, el agua ayuda y en pocos minutos tienes un curry colorido, aromático y lleno de buena energía. Ideal para aprovechar lo que tengas en el refri.

Cebolla dorada, jengibre y ajo despiertan la cocina. El tomate se ablanda, nace la salsa y las especias pintan todo de oro. Los garbanzos caen felices en su baño tibio y en pocos minutos están llenos de sabor. Cilantro por encima y listo: un plato simple, alegre y perfecto para cualquier día.

A veces, a la rutina solo le falta una cucharadita de sorpresa... Tus tacos de carne como nunca los habías probado.

La cebolla chispea y anuncia que algo rico viene. Se suman jengibre y ajo como esos amigos que alegan la cocina. El tomate se derrite y arma la salsa calentita donde entran la cúrcuma, el masala y la sal. El pollo se acomoda feliz, se impregna de historia y cocina tapado hasta quedar suave. Terminas con cilantro y esa sensación de “estoy viajando sin salir de casa”. Sirve con lo que más te guste y experimenta.